Como recordareis de la primera entrada de este post, me trasladé a Inglaterra por motivo de mis estudios y tuve un parón de un par de años que dediqué a otras formas de deporte, como lo eran el trabajo de fuerza en el gimnasio o las clases de fitness (aeróbicos y de fuerza) a diario. Esto fue motivado principalmente por falta de objetivos, ya que mi gran reto era la Behobia-San Sebastián y no podía correrla. Aunque ahora viajo a cualquier país a correr una carrera, en aquellos tiempos no se me pasó por la cabeza hacer un viaje por esa razón.
Como resultado del trabajo que hice en el gimnasio gané mucho músculo y mucha fuerza. Creo que en los próximos años este hecho fue fundamental en la continuidad del entrenamiento y ausencia de lesiones significantes que conseguí, lo cual fue el aspecto más importante en mi evolución como atleta.
Primeras carreras en Inglaterra
Cuando volví a empezar a correr, me motivaba ver mi progresión. En Inglaterra organizan carreras de parque (conocidas como park run) de 5 km cada fin de semana, y para mí eran perfectas para ir viendo la evolución de mi estado de forma y para tener esa motivación que me hacía entrenar con intensidad. En el cuadro de debajo podéis ver todas mis participaciones en las park run y la mejora en cada una de ellas.
Recuerdo que en septiembre/octubre del 2015 participé en dos carreras de ruta: un 10km en Sheffield, en 33:34; y posteriormente un medio maratón, en 1:11:23. Esta última carrera fue la que hizo un click en mi mente y me planteó si podría ser un atleta de cierto nivel con el entrenamiento adecuado.
Para ello necesitaba un objetivo que me diese mucha motivación, un entrenador que me dirigiese y un grupo de entrenamiento que me exigiera exprimirme al máximo. Así, decidí que el objetivo más ilusionante que podía tener era correr un maratón, y más aún, uno de los majors, el maratón de Londres. Después contacté con John Wood (mi entrenador desde finales del 2015) y le propuse mi reto, el cual aceptó y me integró en su grupo de entrenamiento de medio fondistas.
Era noviembre del 2015 y mi gran objetivo estaba a finales de abril del 2016. Tenía seis meses para entrenar lo máximo posible. Mis entrenamientos pasaron a ser de seis días a la semana y con un volumen considerable (sobre 100km/semana), combinando con dos o tres entrenamientos en pista de máxima exigencia, generalmente en formato de series cortas y al máximo ritmo posible. Noté un cambio muy grande en la exigencia de los entrenamientos respecto a lo que venía haciendo, y ello supuso una mejora y una preparación adecuada para afrontar un maratón con garantías.
La gran maratón de Londres
Antes de la gran cita de abril, tuve la oportunidad de volver a casa, que me sirvió para competir y ver que mi nivel respecto a cuando me fui de Guipúzcoa había mejorado. En febrero del 2016 fui segundo en la carrera popular Sagar lasterra detrás de un referente del atletismo guipuzcoano como Sergio Román. Fue un gran impulso de cara al maratón de Londres.
En Inglaterra conseguí la primera victoria de mi carrera, en una carrera preparatoria de 20 millas. Tres semanas antes del maratón conseguí correr un medio maratón en 1:09:09, lo que demostraba la mejoría con respecto a cuando empecé el periodo de preparación.
Así llegó el maratón de Londres, con la confianza de haber realizado un gran trabajo y preparado para darlo todo en los 42,195 km. Tal era mi motivación (e inexperiencia) que pasé en 1:10:08 por el medio maratón, lo cual era solo un minuto más lento de lo que fui capaz de correr tres semanas antes. Después se me hizo larga la carrera, sufrí mucho y lo pagué, pero acabé con un crono muy bueno para un debutante popular, 2:24:51.
En mi primer maratón de Londres tuve un crono muy bueno para un debutante, 2:24:51.
Completar una maratón, reto conseguido
La sensación que tuve al acercarme a meta y al cruzar fue algo único, el momento más emotivo que he vivido en el atletismo. Mi mujer me esperaba después de cruzar la meta y según me acercaba a ella, empecé a llorar por la emoción de haber conseguido el reto de completar un maratón.
Al terminar, pensé que aquella iba a ser la primera y última vez que sometía a mi cuerpo a un esfuerzo de tal magnitud. Mis piernas, al rato de acabar, empezaban a fallar, tenía dolor por todas partes… Creo que forcé mi cuerpo al máximo.
El mismo domingo volvimos a casa en autobús, y recuerdo pasar gran parte del viaje respondiendo las felicitaciones de amigos y familiares. Me di cuenta que ese reto personal había alegrado a más gente, sobre todo de mi entorno cercano, y que muchos se sorprendieron de que hubiese corrido en menos de 2 h y 25 min.
No era para menos, ya que había conseguido un tiempo que, en muchas ocasiones valdría para ser campeón de Guipúzcoa de maratón. Todos los mensajes de alegría y sorpresa, junto a mi convicción de que no llevaba nada entrenando y de que podía tener un margen amplio de mejora, hicieron que rápidamente cambiara de opinión y empezara a pensar en mi próximo maratón.
Siguientes maratones y objetivos
En verano del 2016 volví a casa para casarme y aproveché que había una carrera popular para volver a correr en mi tierra. Se trataba de la Azeri bila, y siempre guardaré esta carrera en mi recuerdo porque fue mi primera victoria en casa, y ante el mismo Sergio Román que me venció en la última carrera. Fue la primera vez que me pusieron una txapela en la cabeza. Qué casualidades de la vida, porque se repetiría el siguiente fin de semana con motivo de mi boda.
Mi segundo maratón lo recuerdo como el maratón de los errores. Prioricé el intentar conseguir un buen puesto y elegí un maratón de menor nivel. Elegí el maratón de Chester, en Inglaterra, que se celebraba en septiembre del 2016. Mi preparación fue muy buena en verano y llegaba en condiciones de mejorar lo hecho en Londres.
Pero no me di cuenta de que Chester no era lo mismo que Londres, y que allí tendría que correr solo, sin público, sin ánimos de la gente y que no sería tan fácil exprimir mi cuerpo como lo hice en Londres. Además, en mi empeño de mejorar, se me ocurrió introducir una nueva rutina de abdominales a falta de dos o tres semanas, que en vez de mejorar, me hicieron tener un dolor considerable en la zona del oblicuo. Siempre lo recordaré como un error de principiante.
El resultado no fue el esperado, con una marca de 2:29:06 y un quinto puesto que no fue el pódium que buscaba. Me quedé sin haber mejorado mi marca, sin haber conseguido un puesto de honor y con la sensación de que me equivoqué al elegir un maratón menor, después de todo el esfuerzo que supuso preparar la prueba en los meses previos. La conclusión fue que en una prueba como el maratón, que tanto cuesta preparar, priorizaría la posibilidad de mejorar marca, que era lo que más me aportaba, eligiendo los mejores maratones.
2016 fue un gran año, el año de mi debut en maratón, y nada más acabar el de Chester ya me puse mi próximo objetivo. La intención sería mejorar considerablemente mi marca personal. Lo iba a intentar en el mismo escenario que me fue tan bien, en el maratón de Londres 2017.