Brooks Ghost Max
La Ghost Max es otra muestra de que el maximalismo es la tendencia de moda.
Con 6mm de drop (raro en una Ghost) y con una cantidad altísima de DNA loft v2 entre la mediasuela, la Brooks Ghost Max se posiciona como una muy buena opción para corredores con fascitis plantar, metatarsalgia o neuroma de Morton. La propia marca americana así lo describe en su página web.
Además de esto, la Ghost Max incorpora una nueva tecnología denominada GlideRoll Rocker que no habíamos visto antes en Brooks (pero sí en otras marcas). Básicamente lo que pretende es, mediante la subida de perfiles y una mediasuela rígida, obtener una transición controlada desde el talón hasta la puntera, generar así menor esfuerzo a medida que nos movemos.
Y cerrando con el capítulo mediasuela (que es el plato estrella de esta zapatilla), no queremos olvidarnos ni de su geometría ni tampoco del diseño ensanchado del talón para dar así una pisada controlada y segura incluso también para todos aquellos corredores con el pie más ancho de lo normal.
Por su lado, el upper luce un engineered mesh cuidado y parece que bien ventilado. Además, parece que la marca ha encontrado un upper con cierto volumen (habrá diferentes versiones según horma) para que nadie se quede fuera de una versión atípica de un modelo tan y tan clásico para la marca como es la Ghost.
En la suela observamos, además de una base realmente ancha y estable, gran cantidad de caucho para asegurar no solo la adherencia sobre el terreno sino también la durabilidad del material.
Remarcar finalmente que la Brooks Ghost Max sigue con el programa “protege el planeta por el que corremos” con el que la marca americana se identifica y que reduce las emisiones de carbono durante el proceso de fabricación de todas sus zapatillas.